nelida anderson parini

¡FELIZ!

Si la vida me impone sus desmanes,

me rehúso a sumirme en la tristeza.

Aunque el día me traiga mil afanes,

no permito que oscurezca mi cabeza.

 

Si la niebla me envuelve en despertares,

me apresuro  a encender mi luz interna.

No me empeño en vivir viendo lunares,

lamentando la desdicha de una pena.

 

 En  días, cuando el dolor viene a buscarme,

le sonrío y hasta lo siento en la mesa.

El al ver, que no logra intimidarme,

se despide y por la puerta se regresa.

 

Si algún cruel desamor llega a tocarme,

su presencia no desgasta mi  existencia.

Gentilmente, le agradezco el visitarme,

acortando el tiempo de su permanencia.

 

Aunque a veces por mi rostro rueda el llanto,

en su humedad prefiero encontrar deleite.

Manantial reparador de mi quebranto,

sanador natural, de mi alma y mente.

 

Cuando  intenta abrazarme el desencanto,

no rehúyo o promuevo un desencuentro.

La esperanza viene a mí, cual vivaz canto,

matizando de alegría, aquel encuentro

 

Soy feliz porque así lo he decretado,

pues no quiero vivir en sufrimiento.

Disfruto de cuanto se me ha brindado,

sin tristeza, a mis anchas, sin lamento.

 

Soy feliz resguardando, lo pasado,

acunando la alegría de un momento.

Soy feliz con lo que se me ha dotado,

alma, vida, corazón y pensamiento…