A mí tú no me engañas,
no eres la de siempre,
mi boca apenas besas,
mis ojos no los miras,
me restas tus palabras,
me sumas tus silencios,
me faltan tus sonrisas,
y nunca tienes tiempo
para soñar conmigo.
A mí tú no me engañas,
a ti te pasa algo,
estás en otros mundos
en los que yo no existo,
pensando en otras cosas,
leyendo otro futuro
que no sabe de mí.
Amor, siempre estás triste,
parece que te peso,
me siento una cárcel,
y tú, mi único reo,
parezco una cadena,
un cepo entre tus dedos
cuando me das la mano
y andamos tan callados
por las calles oscuras.
A ti te pasa algo,
te siento tan extraña,
un mármol a mi lado,
pareces un fantasma
huyendo de mi vida,
un pájaro crecido
volando a otro nido,
dejándome las ramas
del árbol tan caídas
que sus lucientes hojas
se tornan amarillas
pudriéndose en el suelo.
Amor, me pasa algo,
me fallan los latidos,
tengo helada la sangre,
mi piel ya no responde
al fuego de tu cuerpo
y me olvido de tu nombre
al escribir mis versos.
No sé lo qué me ocurre,
de un tiempo a este lado,
no subo a las estrellas
cuando beso tus labios,
pues sólo hay querellas
las horas que nos vemos
que cada vez son menos
y apenas nos hablamos
si no es para gritar.
Amor, te siento rara,
no eres ya la misma
torciéndome la cara,
curvándome la vista
con pose de una estatua
y gesto de una autista
al borde de una lágrima
que no sabes llorar.
Amor, me pasa algo,
Mi pecho está vacío,
ausente de deseo,
mi mente es un olvido,
mi alma es un hueco
que no puedes llenar.
Amor, ya no me engañas,
amor, ya no te engaño,
amor, nos pasa algo,
eso que la costumbre
no puede ya salvar.