Elisabeth Gómez Rascón

Ya no se si es que el mundo está sordo o es que yo oigo demasiado.

Hoy tus ojos ya no callan al mundo, sólo hay ruido.
Los ilusionistas lanzan artefactos de optimismo 
para los niños y ancianos intoxicando su recuerdo, 
hacen de su pasado un rumor… 
Clavan sus garras piadosas sobre la carne de la ciencia, 
mordisquean sus huesos, chupetean sus sueños, 
gritan, lloran por despecho y no por su ausencia. 
Ruido, solo hay ruido y mas ruido en este lugar, 
me retuerzo en la incondicionalidad del universo 
y me permito el lujo de maldecir sin miedo a Descartes 
y su estúpida no existencia, 
de perderme en la fractalidad de la nostalgia que cada noche
me espera bajo la almohada. 
Ya no se si es que el mundo está sordo o es que yo 
oigo demasiado.