MODESTOELPOETA1953

EPISODIOS DE MI NIÑEZ, RECORDANDO EL AYER

 

 

Van pasando los días y no encuentro consuelo

La vida es un laberinto, duro y muy efímero

El dolor sentimental, mata los sentidos al vuelo

               Yo muero, minuto tras minuto, en mi  débil fuero…

 

Siempre ocultando detrás de la sonrisa, mi pasado

El que no logro olvidar, capítulos de muros, enyesados

Detrás de mis retinas, que revela mi Fil. Adosado

Que anulan los intentos de resurgir, de mis fracasos…

 

Miro la tele y su atención no  me desvía, del letargo

Capítulos misteriosos, desde que me reconozco 

Ya desde niño me encontré siempre, muy negado

Apagado de ideas, distraído por durezas y sofoco…

 

Los maltratos que sufrí, por un Padre muy equivocado

Dictaron el futuro, de todo el navego, por mis océanos

Huracanes violentos, tornados insaciables y ofuscados

Llantos  que llenaban de orina, mis instintos, por los palos…

 

Pero aun así  y á estas alturas, no me puedo quejar 

Porque  el tiempo del Franquismo fue, insufrible y letal

Para los apocados, de familia media, palabra del verbo vejar

Y así fue mi niñez, una vejación en forma, de cárcel verbal…

 

Castigos que soportaron mis débiles huesos, si replicar

Por el respeto á mi Padre, un hombre ejemplar y equivocado

En la forma de educar, por creer que todo mi hacer, fue errar

Y nada más lejos, por dentro sentía, amor y nostalgia soñando…

 

En mil amaneceres, en donde sonreía mi Padre, hipotéticamente

Pero era el deseo que más soñaba, hacerlo feliz á el y á mi Madre

La pobre sufrió capítulos, en donde me salvo de palizas constantes

El pedía  ejemplo, en mis andares y así, solo  hacia derrumbarme…

 

Épocas pasadas, que no quiero olvidar porque para mi, era especial   

Aunque me sodomizara, ya que el respeto siempre fue, mi estandarte

Así que ahora lo escribo, solo como un recuerdo sin angustia ni maldad

Si  el esta visitando mis pensares, entenderá que lo quiero, como Padre…

 

Y que todos los días recuerdo apenado, el ocho de Julio, de una mala tarde

En donde lo atropellaron sin miramientos, en un fallo imperdonable 

Y cuando destape la manta y lo vi destrozado, ese instante no se va, de mi mente

Perdóname por redactar este episodio Papá, de mi niñez inolvidable…

 

Aunque á mi manera fui feliz, ya que no entendía aquellos castigos, Padre

La vida es un camino, que tiene principio y fin, espero verte por el infinito

Ese cielo de Dios y el cristianismo y nos podamos dar mil abrazos, en la cumbre

Ya que los Padres quieren, lo mejor para los hijos  y viceversa, mi buen Padrecito.

 

¡Si los hijos comprendiéramos cuando somos jovencitos, la educación Paternal, la convivencia seria más fácil, de llevar!

 

Modesto Ruiz Martínez / miércoles, 05 de agosto de 2009