Mi otra yo

Eternamente.

Con mis poemas,

el Alma te entregue.

Ahora es mi cuerpo,

quien  te reclama,

ya no me pertenece,

es tuyo.

 

Sigue la ruta ,

que has trazado,

con tus besos,

y caricias.

Y si por un instante,

 ves que tiemblo.

¡No es por miedo!

 

Es saberme tuya,

en el éxtasis,

de una entrega sublime,

donde no existe,

rapsodia, ni poema,

capaz de expresar,

Lo que siento.

 

Me entrego a ti,

en cuerpo y alma,

pues un poema

ya no me basta.