Perozo rivero Miguel Oswaldo

BÚSCAME

 

...hoy apuré un sorbo de tu fragancia en las cuenca de mis manos...

Y con mis manos estrujé  tu nombre,

Y con tu nombre cantará el Labriego,

errante su nostalgia por esos campos yermos.

oh tierra arrasada por la ira boreal,

pedernales sembrados de metralla y abrojos…!

Multitudes huyendo de sus sombras,

sin besos, sin adiós, sin despedidas,

¡Ay del odio agazapado en los caminos…!

Ay de esos pechos que el rencor sofoca…!

festín de palomas degolladas…!

Búscame en las arenas del desierto,

donde levantan barricadas los sedientos....

Búscame en los ojos del menesteroso,

y en la mirada  del hombre solitario,

que galopa sin bridas las tormentas,

huyendo de las cenizas del olvido...

Búscame ahí,

indaga en esos párpados,

fatigados de insomnios y tristezas,

que en esos pechos palpitan corazones como el mío,

y como el mío renacen al sólo conjuro de tu nombre…

Búscame,

búscame en los retinas de la calle,

donde el sueño se amasa en tempestades.

Mira el irredento,

con sus puños alzados a la diestra de Dios, El Alfarero…

indaga  en esas voces que mutila  el miedo,

y en el eco del grito amordazado,

sedicioso, iracundo…

Pregunta si ha cesado el ruido de las bombas,

Si ha regresado el hombre de la guerra

y han tornado los niños a la Escuela.

Pregunta si ha llovido,

Si hay pan en los hornos de la Aldea

Si hay agua en las albercas.

 ¿Se oye –dime- la canción del labriego?

Hoy me vuelvo a sentir sobre la Tierra,

en las pestañas del viento acurrucado,

recojo estas plegarias de los templos en ruinas,

que el huracán dispersa en número infinito,

sobre blancos pañuelos de huérfanos y viudas...

Un cántaro de olores derrama tu presencia.

Oh, vino consagrado…!

Oh,  vara que nos mide…!