Por la calle, voy andando, la gente me mira e pensará "esta tiene todo!"!Que equivocadas están!
Tengo salud es verdad, tengo buen aire, tengo siempre una sonrisa, como un paquete de regalo, mí a presentación es agradable.
El regalo es estar viva, ¡pero tan sola!
Quanta gente! Yo paso y nada me dicen, no me conocen, yo tampoco a ellas, cierto que hablo con muchos, pero es superficial, media docena de palabras huecas, unos piropos unas preguntas de ocasión y poco más.
Siento que he dejado mucha cosa por hacer, para cuidar de la familia e ahora ya no necesitan de mí.
Ellos no saben lo cuanto me hacen falta, cierto que tengo alguien que me quiere, que nos queremos, pero cada uno tiene su sitio en mí corazón, porque los hijos y nietos terminan siempre por pensar que son mujeres e hombres sin nuestra ayuda, que lo que hicimos fue normal.
Que tenemos noches de vigilias, cuando enfermos, que nos olvidamos de nosotros para mirar a que nada les falte, que si necesario dejamos de comer por ellos lo aceren. E cuando necesitamos alimento para nuestro corazón no lo regalan.
No tienen nada mismo nada para quien tanto le ha dado.
¡Qué orgullo tenemos en ellos!
¿Y que tienen para con nosotros?
Carminha Nieves