Innatos residuos de inconsciencia,
vienen a acompañarme en este plano.
Suelo pensar que toda esta experiencia,
ha de forjarme como ser humano.
Me resisto a creer que a la existencia,
es el azar quien lleva de la mano.
Necesito aferrarme a la conciencia,
eterno discernir… a mi siempre cercano.
Anhelo de vivir en consecuencia,
sin lamentar accionar en lo vano,
presentir de lo actuado su sentencia,
acumular amor hacia el hermano.
No sea que al llegar hasta la ausencia,
el corazón me llame con desgano.
Poniendo en la partida penitencia,
marchitando el camino en lo lejano.
Prefiero yo vivir en la prudencia,
a llevar el corazón siempre apretado.
Cargando con amor y con paciencia,
el fruto que el vivir me ha regalado.
Pensando en alcanzar la trascendencia,
con el gusto del trabajo terminado.
Habiendo bien lograda equivalencia,
de existir de acuerdo a lo anhelado.
Tomando del amor en la excelencia,
el sentimiento del tiempo resguardado,
riqueza que atesoro cual esencia…
¡Mi capital de vida acumulado!
No intento malgastar esta existencia,
buscando alcanzar prestigio o fama.
Derrochando saber o inteligencia,
malgastando la bondad de quien me ama.
Yo prefiero revestirme de conciencia,
transcurrir alegre, alimentando el alma,
Partir un día en franca transparencia,
sin desazón… decir adiós en calma.