Claire

CUANDO CAE LA LUNA SIN SONIDO

 

 A Alejandro, mi vida


Recuerda que no existe en esta historia, Luna,

ni un trocito de la luz que dices tuya.

 

 

No me acaricies más luminoso castigo

sin elección ni olvido, sobre la mesa infinita

de la espera.

No quiero más mi rostro reflejado en la noche,

ni música, ni cisnes,

ni acuarelas con lagos y momentos irreales.

 

Yo te estaba viendo desde lejos,

nocturno y loco baile atormentado,

ciego.

 

No puedo decir nada  de tus ojos,

se me escapan de las manos como

enigmas.

 

Ya no sé como darte mi existencia.

No sé.

No sé  c o m o  darte mi existencia.

 

Impertinente pregunta de secretos,

susurrando de mis dedos impacientes

te estás volviendo muda - maldita -desolada

entre mi templo y tu boca,

en silencios no tuyos.

 

Estallará sin criterio la histeria de un llanto

íntimo y nublado.

Y de tu boca será víctima mi nombre.

 

Mátame ya.

No te vayas sin mis palabras

moribundas en tu camino.

Y llévate el ácido paisaje de este adiós

para que no vuelvas a dejarme caer.


Es tuyo mi destino.

 

Lo ves,

sin vos soy una calle helada

pisada por la nada.

Náufraga sin cristales ni botella.

Una luna gigante cayendo sin alas

como lluvia incinerada y sin sonido.