Cubanito

Dicen…

En mis serviles manos,

Ardiente y ermitaño,

El Legitimó mi labia,

Fue testigo y culpable confeso,

De las locuras nunca vistas,

Ella al repararlo sincero y loco,

Lo arrinconó a argumentos y lo desarmó,

Él se asiló en el suelo,

Gimió llenando su espacio de desconsuelo,

Huyó de mí,

Y incluso hasta este instante,

Dicen… que solitario y errante,

Aun no despertó...