ANEUDIS PEREZ

HERMOSA PRIMAVERA (divinamente bella)

HERMOSA PRIMAVERA

 

Verde, más verde, amarillento/

así torna natura el color de sus besos,

al despuntar el año con febriles momentos,

se escucha por los aires, sinfonía de viento.

 

Y el árbol que dormido y seco por el sueño,

comienza a abrir sus ojos, cansados del invierno,

como en su vez primera renace floreciendo/

vendimiándose en frutos… cosechados al tiempo.

 

Se oye el batir de alas que van surcando el cielo,

de aves matutinas en busca de alimento,

el ronronear del campo/ el correr del silencio,

el paso de la vida y de los pensamientos.

 

Las flores que saludan con su mover inquieto,

las hojas mecedoras, movidas sin quererlo/

el canto de la tarde revestida de ensueño,

el vaivén de las olas sobre arenas ardiendo.

 

La sombra de la noche… oscureciendo el tiempo,

la luna en la espera de embellecer el cielo,

el sol que se despide en un ocaso tierno,

estrellas que titilan y van apareciendo,

como gotas de astros llovidas al inverso.

 

El paisaje sereno por la paz que se siente,

las praderas pobladas por lucecitas verdes,

el ‘croc coro’ del grillo y del sapo campestre,

el zumbar del mosquito en el aire, imprudente.

 

El gato que maúlla y el león que se duerme,

el perro en alaridos despertando la gente,

murciélagos cazando, los búhos acechando,

y el lobo de la estepa que se está alimentando.

 

Las almas que se buscan, los ojos que se palpan,

y envueltas en la noche… las manos se entrelazan,

el pulso se acelera, la sangre se empegota,

condensándose inmersa… destila gota a gota.

 

Suspira el sentimiento, la mente corre y vuela/

y al peso del deseo nuestros ojos se cierran…

a esperar otro día, a ver otra primavera,

o que el sueño le robe… el alma al que la anhela.

 

 

 

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