punk 666

A la luz de mis ojos...

Oscura duermevela en que

en el fragor de las imágenes,

del sonido [de tu voz], de las

formas y de tus besos,

te veo en el vacío detrás de

unos párpados que marcan mi límite.

 

“Cada rosa tiene su espina”, pero tú

limaste la tuya. Aquella espina que

me lastimaba cada vez que tomaba la rosa.

 

En la penumbra del dulce sueño

Se confunde tu silueta con el humo

de un cigarrillo; se desdibujan los

límites de tu cuerpo y de tus labios

al besar, cual simetría deforme.

 

¡Llévame, dulce penumbra!

Llévame por lugares en que

mi alma vaya junto a la suya.

En que los minutos se transformen

en siglos y que el reloj de arena

fluya como si tuviera el peso de mil

playas encima.

 

Inagotable, eterno.

En que su cuerpo y el mío se unan

hermoso vaivén de caderas

de enamorados con ligazones como

las que ataron a una diosa y su amante

en su ilícito sensual.