marco augusto

Inviernos impetuosos

Caminé entre inviernos impetuosos,

buscando el eco oscurecido de su mirada,

y entre los ramajes inquietos,

me buscaban sedientas las mañanas.

Entre conjuros  y promesas,

me comí atrevidamente,

el grano fresco de su aliento,

verdugo fiel de mis lujurias

mientras me robaba desquiciado,

del itinerario de sus frescos años

la flor exquisita de sus besos.

De sus silencios,

emanaban nuevas alboradas,

y se fue comiendo el tiempo los años,

y se hicieron lentas las miradas,

los pasos se acotaron,

y drogados de besos,

en el atardecer del alma,

te despediste de mis sueños,

dejándome el alma clavada,

en el cadencioso espacio,

de los inviernos impetuosos.