omu

Aire


Vierte el jugo de tu fruto,
desde el vientre de tu alma.
Llegue llenando mi boca,
porque es mucha, que no poca,
la virtud, cual me desarma;
que tuya roza, me toca
y ensancha todo lo enjuto.
Ni le cabe salvedad
al ser virgen su obviedad;
la señal y el rastro astuto.


Vienes con cinco corceles
-no son pocos, que son muchos-
Posas placer y devienes
redimido de aranceles,
y con precisos y duchos
sentires tú te entretienes.
Eres vasto y suficiente,
pues nos dotas de presente;
sin dudarlo nos sostienes
con soplo cual siempre escucho.


318-omu G.S. (BCN-2011)