Carlos Fernando

Sin máscaras

 

 

 

Sin máscaras,

sin convencionalismos sociales,

sin sonrisas fingidas,

ni abrazos de político,

sin más tarjeta personal

que yo mismo.

Sin títulos universitarios

ni diplomados colgados de la pared.

Sin batas blancas,

ni trajes de casimir inglés.

Sin denominaciones

¿Para qué?

Tampoco ir pregonando por ahí,

que el corazón es lo que cuenta,

y seguir sin darse,

sin oír,

sin cambiar

el rumbo de los pasos,

ni la mirada.

 

Sin presumir,

sin asumir,

sin reprochar.

Las vestiduras blancas

no son mías,

me las prestaron

unos soldados

que las jugaban a los dados.

Curioso

que un género tan fino,

unos momentos

antes pertenecían a uno

condenado a muerte.

Uno que fue hallado reo de sedición.

Y como yo iba pasando desnudo,

el condenado al verme,

se dolió de mí,

y generosamente me dijo:

"Ten, son mi regalo,

ahora parto,

pero luego vendré a ti,

y con mi túnica vestido

podré reconocerte,

y cenarás conmigo

al terminar el día."

 

Por eso puedo ahora

presentarme a ti amigo,

amiga, sin máscaras,

ni otras vituallas.

Lo único que llevo puesto

es esta túnica blanca,

Prestada ,

y esta gota de sangre

en mi pulgar,

esta en mi oreja,

y esta en el artejo del pie,

las tres a mi costado derecho.

Sin otra vestimenta

estoy desnudo,

y nada tengo.

Y nada sé.