Guillermo Sánchez

Aprendiz




-"No lo sabrás,

si no lo intentas."
Bramó el cielo con 
un relámpago que 
asustó a las nubes y
estas lloraron, sí,
se precipitaron 
muy lentamente hacia
el mundo de los mortales,
los irreales.


Confuso está, 

sin entender,
como el agua 
que prende fuego o 
la fusión de
agua con aceite.

Quien es se 

entremezcla de pronto
con el rocío nocturno;
este lo enfría y
gota a gota,
le roba nostálgicos 
suspiros y en su 
respirar un aire más 
esperanzado lo 
seduce y aún así,
confuso está.

Consternado
escucha
en el viento: 
-"No lo entenderás,
si no lo vives."

Comprendiendo

el antiguo éter
que respiraban
los del Olimpo,
el susurro que
vida entrega y
muerte da.

Entendiendo,

existiendo,
meditando.

Eco a eco.


 Sentir, vivir,

pensar, existir.
regalar sin pensar,
sin esperar.


Gota a gota.


-"Sí, eso es." 

Puntualizó el 
aprendiz del amor,
mientras se despertaba el sol
entre lágrimas,
acariciándolo,
acurrucándolo,
amándolo.