Atrevida

Te perdí

Hoy no hago otra cosa más que pensar en ti
y me pregunto por qué no escuché a la voz de la razón;
cómo no descubrí las señales que me alentaban a desconfiar de ti.
Como una tonta todo te creí
y poco a poco todo te lo di.
Me enseñaste el cielo y por nueve meses en él viví,
descubrí que mujer volvía a ser,
que en un mañana podía yo creer,
que el sol brillaba con más fulgor
y que las estrellas todas habitaban en mi corazón.
Aún me cuesta creer que todo fue una trampa
llena de mentiras, estafas y desamor.
No logro comprender el por qué de tu traición.
Es tan ciego mi amor que prefiero pensar
que sólo te faltó valor para escuchar tu corazón,
que es tanta tu desesperación
que no logras discernir lo que es conveniente para ti.
No puedo entender cómo prefieres vivir
presionado y dominado por un falso querer.
No quiero creer que todo fue fria especulación,
que todo lo fingías, que en todo me mentías,
que también el infierno me mostrarías
porque ya no me despiertan tus mensajes,
no me acurrucan tus brazos, no me dibujas la cara,
no tengo el sabor de tus besos,
no encuentro tu mirada, ni ocupas mi almohada.
Quiero seguir creyendo en aquel mensaje que enviaste:
"te entrego el corazón, el alma y todo mi ser,
en cada mirada, en cada palabra,
en cada buenas noches y en cada encuentro
hago exactamente eso: me entrego"
A pesar de todo mi amor sigue intacto,
porque mi amor es ciego, y se niega a ver.