marco augusto

Antojo

Agrietada la agenda del dolor,

por tantos recuerdos cultivados

en el invernadero de mis sueños.

Ambicionando el jugo del amor

de un ayer exiliado,

camino,

 recogiendo las memorias,

 de mi amor de antaño

y bebiendo de la copa amarga

de su ausencia.

Hurgando entre besos evocados,

no puedo decirle adiós

al poderío de su boca,

que aún en el espacio,

de los años

ruge en la mía,

como un tornado de antojos locos.