Denielig

Los Olvidados...

El Primer deber…

De todo ser humano…

Es quererse a sí mismo…

Para poder querer a sus hermanos…

 

 

Pero no basta con decirlo…

También hay que demostrarlo…

Tal vez no sea siempre fácil…

Pero debemos intentarlo…

 

 

Respeto todas las religiones…

Cada cual con su creencia…

Siempre que en cualquiera de ellas…

Tengamos libertad de consciencia…

 

 

No es en la mezquita o la sinagoga…

En el culto o la misa dominical…

Donde se demuestre realmente…

Nuestro amor fraternal…

 

 

De nada vale darte golpes de pecho…

O rasgarte las vestiduras…

Si después de “cumplir” con Dios…

A dañar al prójimo te apresuras…

 

 

Es divertido salir a comer con los amigos…

Y proporciona felicidad, amar a quien te ama…

Pero la verdadera misericordia es dar de comer al hambriento…

Y una mirada  de amor sincero, a quien en silencio la reclama…

 

 

Con mirada indiferente observamos…

A nuestra niñez privada de alimento y calor…

Mendigando no solo comida…

Sino también un poco de amor…

 

 

Algunos aplauden complacidos…

La decisión de excelsos gobernantes…

Cuando envían a morir a los jóvenes…

En frentes de guerra indignantes…

 

 

Algunos derrochan en festines…

Donde se bota no solo el dinero, sino también la comida…

Olvidándose que por las calles heladas caminan…

Los olvidados, arrastrando con pesar sus miserables vidas…

 

 

Rodeados de carencias y desesperación…

Los que pudieron haber sido el futuro…

De cualquier orgullosa nación…

Cayeron en un pozo profundo y oscuro…

Buscando  aliviar sus penas…

Inyectándose el olvido…

En sus envilecidas venas…

 

 

Las niñas no saben de jugar con muñecas…

Jamás escucharon, de ninguna fantasía…

El único infeliz que las ha llamado princesas…

Es el que vende sus cuerpos, con excepcional vileza…

 

 

Aquellos que han dado sus vidas…

En beneficio de la familia y la sociedad…

Terminan abandonados en asilos…

Cuando se vuelven una incomodidad…

 

 

Y aquellos desdichados…

A quienes la vida duramente ha golpeado…

Buscan en el alcohol un olvido desesperado…

Y por la sociedad, son duramente despreciados…

 

 

Todo esto sucede día a día…

Son historias reales de la vida…

Mientras ellos se pierden en la apatía…

El mundo los ignora y los olvida…

 

 

No podremos llamarnos humanos…

Mientras observemos impávidos esta realidad…

Mientras no seamos capaces de amar a nuestros hermanos…

Y veamos con indiferencia, la destrucción de la humanidad…

 

 

Disfrutando de la vida, los adinerados…

Los gobernantes, no sé en qué, pero ocupados…

El resto de la humanidad, de paso por este mercado…

Mientras día a día mueren… LOS OLVIDADOS…

 

 

 

 

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