Alma al aire

Máquina de poemas

Una máquina de hacer poemas

eso es lo que yo quiero ser,

dije niña, sonriendo serena

cuando la maestra me pidió responder.

La señora me miró asombrada

los ojos alarmados al instante

no pudiendo creer lo que oía,

qué problema tendrá esta infante!

Si Pedrito quería ser bombero,

y Anita una madre muy buena,

astronautas había unos cinco

y doctora pidió María Elena.

Cómo es eso, querida, explicame,

dijo ella disimulando estupor,

no creyendo un futuro poeta

en la cara de aquella menor.

Sí, señorita, eso es lo que quiero!

quiero escribir todo el día en mi casa

y soltar versos libres al cielo

desde las rejas de nuestra terraza.

Quiero pintar de colores alegres

los soles ocultos de un niño pequeño,

 que al leerme la gente sonría

y despierten cantando sus sueños.

Así yo podría tener finalmente

un par de alas, porque esa es mi meta,

ser un pájaro libre y sin miedos

volando a través de las letras.

Si yo escribiera poesía, señorita,

me sacaría todo lo que arde en el pecho

y habría lugar para amarlos a todos

sacándole al alma mucho provecho.

Si yo fuera una máquina de poemas

podría hacer todo lo que quisiera,

ser reina, princesa y guerrera

o regalar lo que yo nunca diera.

La señora quedó neutralizada

incapaz de procesar tal información,

en verdad, un poco perturbada

pero por suerte, con buena impresión.

Siguió con la clase en el aula

mirándome de otra manera,

de reojo escribió el pizarrón

y sutilmente...cambió la tarea.