Por haberte amado y mimado demasiado,
tras tu partida, la muerte me ha perseguido.
Tu aroma fresca el viento me lo subastaba
en el tormento me encontraba sin salida.
Derramé mis lágrimas junto a la almohada,
leyendo los preciosos versos en papiro
fueron aquellas dulces frases pronunciadas,
que solo nuestros corazones comprendían.
Mi vida quiso tener sentido con tu regreso,
ansiosa mi alma te esperaba en la aurora
mas ahora que ya no existes en el planeta,
desconsoladamente de tu ausencia ella gime.
Solo lloraré entre mis viejos manuscritos,
al no tenerte, no llamarte ni jamás sonreírte,
al mirar las lindas tomas de mi almanaque,
con lágrima sollozaré que ya te adelantaste
Derechos reservados Elias Lucas 2011