Eres cual el camarón, al que arrastra la corriente,
quedas a disposición, de lo que quiera la gente,
sin pensar lo que argumente, concediendo la razón,
halada por la corriente, que enmudece el corazón.
Quiero ser como el salmón, nadando contra corriente,
sin dar mayor atención, a lo que diga la gente.
Enfrentar con decisión, lo que estime conveniente,
sorteando entre la razón y mi corazón valiente.
Eres como el camaleón, camuflando tú presente,
mezclándote entre la gente, vas viviendo una ilusión.
Fácil cambias de opinión, pareciendo inteligente,
aunque luego se lamente, la imprudente decisión.
Quiero ser como el halcón...audaz, veloz y fuerte,
en raudo vuelo escuchar, las verdades de mi mente.
Surcando el cielo encontrar, lo que hoy se halla ausente,
sin tener que lamentar, que no hice lo suficiente.
Eres como el tiburón, que poco nada de frente,
asechas en la corriente, cazando la situación,
no analizas condición, manteniéndote al garete,
astuta clavas el diente, digiriendo posición.
Quiero ser un caracol, vagabundo, displicente,
que discurre la ocasión, aferrado al inconsciente,
cargando con distinción, sus valores al presente,
sin pelear, con precaución, hace de su Ser, su fuerte.