Leandro Rodríguez Linárez

(Intitulado LXXXV)

En mitad de desiertos invisibles, esos que cargados de hojas entran por mis pupilas como alfareros sedientos de mi barro, dunas colgadas del cielo, goteadas, escapando del laberinto de la cordura. La aridez es un traje que enciende las pócimas deletreadas de mis venas, hipnotizando mis manos como instrumentos, vientos violentos, desterrados e irrespetuosos como arcángeles saturados de ira santa, en estos desiertos te escribo.

 

 Una llama bravía en mitad del cielo, la gélidez del mármol nocturno, una antorcha extinta, arenas, arenas albas que se tragan mis palabras como oasis benevolentes. Así son estas letras, así son estas palabras amada mía, así es el amor en las celdas de las fronteras que aíslan este papel de mis manos a las tuyas.
 
LRL
 
13-10-2011