Conocí a Jéssica Galán hace aproximadamente dos años. Buscaba un espacio para la presentación de Soledumbre, Antología de poetas y narradores bajo la tutela de Pedro Gil, publicada por Mar Abierto. Ella fue una de las responsables de la Presentación de un libro con enriquecedores textos de jóvenes escritores que se perfilan ya como promesas en el país.
Después Jessica viajó a Miami y se llevó toda su humanidad poblada del mar de este país para buscar eso, ese presente que algunos llaman futuro o pasado.
En la tierra de mi afliccion de Jéssica Galán se conjetura dentro de ese viaje: Algún día como una noria, todo girará.” dice la joven escribiente, no sin dejar entrever su población herida de amor por Jesús y su repudio por una cotidianidad en la que se ha instalado su imagen corpórea y su pensamiento pero que, al parecer, la abruma.
Desde su noche o su día la autora canta: “Existen golpes que la razón no aguanta. / El siempre es una eternidad Inalcanzable.” Y así desmenuza su sentido proverbial por los latidos de un mundo que resplandece ante sus ojos plagándose de calor cuando ama y mordiéndose del frío cuando grita: “Eres gloria en mis entrañas, / más que la vida, / el efecto de la sangre por las venas / o el insondable misterio de la muerte.”
He allí la precariedad del que ha abandonado su Ítaca y encuentra otro universo. He allí el arrebato de las palabras que se congelan en un contexto distinto donde: “(…) la vida es un eterno comienzo. / Desgastada hasta que al fin /duermen los cansados pensamientos.
Un abrazo desde Ecuador para Jéssica y su poesía que empieza a florecer muy lejos de sus raíces, allí donde la orquídea reposa junto a las gotas de agua de un paisaje a veces extraño, indefinible, pero siempre vital.
Paúl Puma
Quito, mayo, 2011.