Claire

SOBREDOSIS

 

 

Ya tengo una sonrisa muerta en la cara.

Lo sé, todo cambia de repente, con nada.

Él se iba y yo le decía despacio a la melancolía

que su mirada aquel día no era mía.

Es que hasta mi piel le miró fijamente la boca:

rebota la verdad más afilada cuando sus labios se tocan

y con un loco soplo apenas - doblan

mis palabras.

 

Aquellas que como una estrella se te ponen

en los ángulos sin llave y te hieren la sangre

hasta su cauce.

 

Lo sé, trago tragedias que no existen,

es que la fantasía se enferma sola

muda, solitaria - se quema de nostalgia.

Y no estoy rara, ni triste, ni perdida.

Voy haciendo del tiempo mi partida,

y ahora no sé que hacer con esta tarde clara.