Dark_Angel

Tuyo

Amada mía:

Otro día, otro dolor que se clavaba en mi alma al no saberte mía, pero aún así prefiero poder verte, perderme en tus ojos, escuchar la música de tu voz, al vacío y la soledad de tu ausencia.

He pedido y he suplicado. He llegado al miserable estado de intentar tomar por la fuerza la dulzura de tus labios, pero sigo esperando y confiando en que despiertes. Que despiertes de ese sueño absurdo de tu amor por alguien que no te merece, él no te ama y no te amará como yo. Yo estoy dispuesto a renunciar a todo, con solo una palabra tuya y desaparezco este mundo y construyo uno nuevo para ti y para mí. Es mucho más de lo que él puede o quiere ofrecerte.

No quiero que sufras, y lo harás cuando descubras que él no es como tú crees. Es solo un niño mimado acostumbrado a tener lo que quiere cuando quiere, tú fuiste un reto, algo difícil de conseguir, pero nada más. Y si sigues con él, hasta llegar el día en que comiences a derramar lágrimas por su culpa, me obligaras a manchar mis manos con mi propia sangre.

Yo sí te amo, yo sí te quiero solo para mí, y no puedo ni podría pensar siquiera en nadie más.

Abre los ojos amor, te lo suplico. Yo puedo hacerte feliz, puedo poner el mundo a tus pies, viviré solo por y para tu felicidad. Haré lo que me pidas, solo hazlo.

Ya no soporto el suplicio de verlo creerse tu dueño. Cada noche es una tortura al imaginarte en sus brazos, otorgándole a él lo que debería ser mío, porque todo ese amor que le das, no se lo merece.

Es un ser egoísta que cree que el mundo le pertenece, nunca ha tenido necesidad de esforzarse por nada, y yo he contribuido a ello, pero ya me canse y no pienso quedarme cruzado de brazos mientras él te destroza la vida. Me llegó el turno de vivir a mí, y no voy a renunciar a lo único por lo que quiero vivir.

Tu destino está unido al mío, es algo de lo que estoy absolutamente convencido, y lucharé con todas las armas a mi disposición hasta conseguirlo. Y si tengo que pasar por encima de mi propia sangre, entonces que así sea.

Mi vida te pertenece y te pertenecerá hasta mi último aliento. Todo lo que pienso, lo que siento y lo que soy, es tuyo. Eres responsable de mis noches sin sueño, de mis días de angustia, del deseo que me enloquece y de los celos que despiertan todos mis instintos asesinos.

Te pertenezco desde la primera vez que vi tus ojos, y que sin miedo sostuviste mi mirada, desde ese feliz, vergonzoso y doloroso momento, me perdí en ti. Toda mi voluntad ha quedado supeditada a tus deseos. Eres la única con el poder de hacerme desear vivir y morir al mismo tiempo. Te amo nena, y es algo que quiero susurrar en tu oído, teniéndote segura en mis brazos, sabiéndote mía y feliz. No voy a renunciar a ti nunca.

No lo olvides mi alma, te amo con cada miserable parte de lo que soy y con lo que has hecho de mí.