¿Dónde quedó tu vuelo?
¿dónde se te olvido el último
aleteo de inocencia?
Mariposa cautiva,
al verte recordé de cuando te posabas
audaz sobre las flores,
que aún no habían nacido,
las mismas que inventaste
en ese loco vuelo buscando
desterrar aquella soledad caprichosa,
que siempre te envolvía.
Mariposa cautiva...
ayer era el jardín tu morada perfecta,
bebías de sus flores
el néctar milenario
en desesperada carrera,
queriendo alcanzar los besos
que de ti se escapaban,
perdidos entre la altiva enredadera.
Mariposa cautiva,
pobre de ti que esperas
ver florecer las rosas en invierno,
no esperes corazón,
ya se ha anunciado el otoño
sólo no escuchaste su quieta voz.
Más cuando se haya marchado
no podrás evitar ser presa de ese invierno
donde moran aromáticos recuerdos
entre el polvo del olvido.
Aléjate envuelta en tu sereno vuelo
mariposa cautiva, vuela sin freno,
y sin volver atrás surca ese cielo
que te lleva hacia él, tu amor eterno.
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Autor
Lilian E. De Marco
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