Alvaro Maestre

A Mis Cuarenta y Cinco

 

 

 

 

 

Antes de nacer ya inicia la pelea, 

entre millones y millones, uno se crea.

 

Y se llega, pero no fácil, al planeta

porque primero tienes que adentrarte,

allí en la bolsa combatir y alimentarte;

y si no te cuidan, imposible es otra meta.

 

Con esas etapas pasadas llegué,

primaria, secundaria, universidad - estudié.

 

Pero la vida no es vida sin haber gateado,

no se aprende nada sino caminas

y cuando hay que correr coordinas:

la vida no es vida sino tiene un pasado.

 

Te enseña de trabajos en su tren,

como se hacen cosas y además, quien es quien.

 

Quien es el bueno, el malo, el imparcial;

el sapo, el que daña, el que hace mal.

 

El lleva y trae, el bochinchoso, el que se enclaustra

en que el jefe le dará un aumento si canta y si se arrastra.

 

Con cuarenta y cinco ya es conocido que en amores

no hay solo uno, es excéntrico si no existen dolores

y en ellos se llega a la perfección por sus errores.

 

Que en todos se quiere llegar a la perfección

viviendo más y más errores sucedidos diariamente,

se sale de un amor a otro de desilusión en desilusión

y la perfección no llega, pero el amor si, que imponente.

 

Se ha vivido con amigos ejemplares de lo fiel,

y más adelante notas no importarles; te abandonan,

te tiran a los despojos, te critican, te traicionan

cuando aumentan sus bolsillos, porque suben de nivel.

 

Ves como gozan lo obtenido con su avaricia

mientras otros sufren de éste mundo la injusticia.

 

A esta edad se ha pasado por tantas cosas,

verdades, mentiras, traiciones, brujerías;

claridades, oscuridades, noticias espantosas;

bellezas, realidades, sueños y porquerías.

 

A mis cuarenta y cinco no cuento con ese intelecto

de ser un súper dotado o algún sabio profeta;

vivo mi realidad de humano y humilde Poeta

y sé a perfección, que el mundo nunca será perfecto...

 

 

Alviz Neleb

Septiembre 30 de 2011

5:54 p.m. - Viernes