Heme aquí condonando colibríes
Aunque no sepas. Aunque
todo sonido, todo ruido
se mire desde ti
agudo y silencioso
doloroso y fugaz, aunque la noche
desesperada agite nuestras culpas
y tan culpable grite nuestros nombres
o inutilmente guarde algún anhelo
y mutile mis ansias, mis deseos,
tus dedos.
Y aunque vueles sin alas y no sientas más
frío
o te quedes y dudes
o la certeza venga sin que tú se lo pidas.
Aunque digas
y le ordene a mi sueño que tu beso
no examine en el fondo de mi imagen y arrastre
un fragmento de ti sobre el espejo, aunque te marches
y no sepa decirtelo
y no quieras
oirlo y no lo
escuches...
...Hay silencio en las tardes...
de silencio.
Hoy estamos tan solos que la piel se nos quema.
Las ciudades se duermen.
Sólo queda tu boca
o tu voz
o tu eco
o el ligero contacto
de tus labios indó
mitos
y leves
o tu piel o tus manos
tus manías, tus ojos...
tus delicados párpados...
tú sabes...
(esto podría llevarme varios días...)
Esto podría tomarme por la espalda
y fundirme a tu vientre
para siempre
tenerte
para siempre
ll e n a r t e
encontrarte - perderme
rebuscándome - siéndome
durmiéndome...
La lujuria visita nuestros cuerpos y tose.
Cose el gramo de nada que entre la
nada fuimos
hace siglos... que ata,
nuestros lamentos, ata
nuestros intentos,
y una herida y sus males y nuestras
soledades...
Tú, yo, la muerte y nada más
la muerte.
Y las hojas detrás de las ventanas
y las piedras detrás
de las
paredes.
Y la rima doméstica
domesticada y suave
sinestésica,
grave
despedi
da.
Y tú que muerdes con dulzura mis labios.
Y yo que olvido hasta mi propio nombre.
Sólo esto
soy:
el corazón que es
talla
el corazón que estalla al interior del tiempo
de esto que son tus manos
de esto que amas que yo (a veces)
amo.
Aturdida me dejas,
dejas mi piel a un lado
y masticas mi sombra de una sola mordida
cuando un sólo sonido nos separa...
...soy la espalda que vistes y desvistes
de ti
de lo que llora
de la hora en que vamos
a encontrarnos
aquí...
con la urgencia pacífica
en posición de
muerte.
Y la suerte de hallarnos tan desnudos y solos
tan penetrados
ambos
de nosotros.
Aunque no sepas.
Aunque lo dudes.
O la certeza vuelva sin que lo
solicites.
Libélula
Libélula