Alejandro Alberti Wolfart

La sinfonía de mi vida

Con los tonos de un violín,

Recorro los caminos de mi pentagrama, envueltos en seda de la india, donde las conversaciones se vuelven bizancias y tenemos la vida semejante a una redonda, que solo duramos los 4 tiempos de una vida plaga de olores pestilentes y de arrogancia de los más incultos.

Porque amo las blancas, las negras.

Mujeres de la misma maravilla de los hombre que las colocan en circunstancias de plena armonía y paz, hermoso sonido del sol, que refleja el mismo tono más allá de la octava.

Tan triste como una sinfonía de mi vida, soy la sonata claro de luna, pena de vibración en mi oído, amo la música, amo las notas y el lenguaje de los poetas de los instrumentos, donde quiero ser un Beethoven,

Un poeta donde puede escribir, pero mis ojos perturban la mira y mis oídos no pueden entender dichas palabra.

Vivimos lo afortunados de ser los mejores, pero los peores en ver y escuchar.

Porque mis amores llegan en cuatro cuartos, pero se van con el tono de semi-fusa.

Perdemos el alma escribiendo las notas y vemos el regocijo de las demás personas que pueden amar lo que hacemos, pero nosotros no lo logramos amar como ellos, somos imperfectos desde adentro hacia el exterior.

Mi pequeña Elisa, eres exuberante frente a los ojos de los degolladores de palabra y notas musicales.

Devoradores de artistas, que fueron oro y hoy son simples metales votados, esperando el mesías de ellos y de nosotros.

Alejandro Alberti W.