Los ojos negros te miran,
silenciosos preguntan por qué,
los brazos tiernos te abrazan,
se aferran sin querer volver.
Los labios resecos te besan,
buscando calmar su sed,
sed de alegría presa,
presa por mundo cruel.
Madres corren enfermas,
enfermas por la opresión,
de ver a su prole morirse,
morirse de inanición.
Niños que lloran solitos,
al ver a sus padres morir,
morir por darles a sus hijos,
su ración para vivir.
Niñas desesperadas,
solo intentan escapar,
de esas mentes malvadas,
que quieren lujuria saciar.
Familias desintegradas,
pueblos que se esparcen,
naciones desbaratadas,
todo desaparece.
Esto aquí solo es la guerra,
que la misma guerra trajo,
hacia esta pobre tierra,
de pan, amor y trabajo.
Todo es la misma historia,
es su triste resultado,
resultado que la memoria,
solo tiende a olvidarlo.