Geovani

Noche en que nuestras almas se enajenan.

Comienza a cubrir todo de blanco la nieve,

cae sobre las ramas de los árboles y los mueve,

ya no hay en el jardín claveles,

pero predominan nuestros corazones fieles.

 

Amándose entre flores muertas, ya no florecidas,

ellas mueren de amor, del que disfrutamos cada momento de nuestras vidas,

entre besos y caricias nos hemos perdido,

en las sombras de nuestra alcoba nos hemos escondido.

 

A veces te encuentro frente a la ventana pensativa,

mirando a la luna, buscando estrellas, mirando hacia arriba,

te pregunto, tu corazón me responde,

horas de amor bajo las sombras se esconden.

 

De nuestras noches se apodera la pasión y sus desvelos,

llena la habitación con nuestro intenso fuego,

toda la noche, de amor nos la pasamos suspirando,

dándonos caricias, sólo el uno al otro mirando.

 

Cuando más nuestro amor ardía,

en contraste con la pradera, llena de nieve y fría,

mi alma prisionera de tu amor siempre ha sido,

todo tu cariño y dulzura en cada parte de mi cuerpo la he sentido.

 

“Tempestad nocturna de amor, llena de tu hermosura, mar de fuego, lleno con toda tu inocencia y tu ternura, todo es color de rosa y perfume de azucenas, volvemos al invierno en hermosa y romántica primavera, corazones que los besos encadenan, tiempo desaparecido en las almas que se enajenan.”