LUCIO ROBERTO RAMÍREZ GONZÁLEZ

LA TUMBA DE ADAN

Mis pasos han sonado

en la quietud

de un cuarto adormecido.

 

Ha retumbado el sonido

entre cuatro paredes

hasta llegar a las espadas

que cuelgan cruzadas

en la pared de al frente.

 

El sonido no miente

y ha dicho

que estoy dormido.

 

Sueño con los ángeles

de cara pálida

que adornan el sacro

del recuerdo.

 

¿Cuántas noches

sin penumbra?

y sólo pregunto ....

¿Por qué has traído

flores rojas a

mi tumba?.

 

Soy guardian de un camino

sin retorno,

no quiero flores

ningún adorno.

 

Porque, parado bajo un farol blanco,

sobre una banca verde,

veo pasar cada día

el ataúd pesado

llevando el cadáver

de un amor

que yace muerto

en el pasado.