Melba Reyes A.

ConfesiĆ³n bajo la lluvia

 

 

Hoy vengo a contarte

cómo mis gladiolos han cruzado

el puente del verano

y cómo el invierno ahogó las ansias

del  malinche que floreció en mayo.

 

Qué bueno que estos geranios

acapararon la exclusividad del blanco

y qué bueno que una huelga de jazmines

me salvaguardó de tus huracanes.

 

Duele

verte en tu cárcel de mutismos

ofreciendo muecas por sonrisas…

Duele

verte encerrado en un  tallo de azucenas

díscolas e irreverentes

tratando de alcanzar la Andrómeda.

 

Por eso, mientras llueve,

dejame confesarte con nostalgia

que tu cuerpo de fruta tropical

aplacaba mi sed en mi cama insomne.

Y dejame decirte  que tenés derecho a equivocarte

pero no a robarle el brillo a mi estrella.

 

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