CALÍGULA

AÚN NO LO SÉ

¿Llegué a amarte?

Quizá llegue a Amarte, de madrugada, cuando el gallo aún no canta  tres veces, para demostrarte de manera –adecuada–, que te quise mucho a veces; y otras, apenas nada. No me mires de esa forma, ¿no eras tú la que decía que estaba harta de mentiras y de embustes? ¿no eras tú quien decía que – solo había palabras dulces – palabras buenas, que nada llenan…?, pues permíteme ahora complacerte, desde siempre ese ha sido mi objetivo, en el cual  estoy perdido, –y tú igual–… sabiendo que ambos nos quisimos. ¡Dimos ya bastante! –vete, es mejor. 

Vete, antes de que llegue a Amarte.