CALÍGULA

Me conoces ...

Me conoces tanto como yo -( me desconozco)-.

Me conoces; especialmente cuando me pierdo,

cuando me ausento, cuando regreso,

cuando estoy y no me siento.

Por supuesto que da miedo,- me da miedo-,

y es que conocerme -como tú-,

ni yo logro, ni yo puedo.

En esas tardes que te espero, y te vas sin regreso...

-claro, por supuesto-; hasta que decides regresar

y esperar  por mi regreso, que más bien es  ir... y vas.

(Ir,  cuando me ausento.)

Y tiemblo. Y me abrazas.

Y yo, al teléfono...

(susurro):- Si, si...¡ te quiero !-