Deactum

La noche aparente

De entre los matorrales de mi ingratitud
recorre en tu cuerpo mi mirada
no hay que decir más la virtud
de encontrar tu voz en la alborada

ruedas y finges no encontrar mi alma
que te entrego noche a noche dormida
y revivimos en la cruz erguida
de nuestro corazón en total calma

si regresaras por la cien de tu guía
sabrías que soy yo tu guarida
y que desde el cielo eres mía
siendo tu amor mi vida