Inesperada presencia cruza mi camino,
la quietud de un ayer dormido.
Muchos años el mundo ha parido,
desde que nos separo el destino.
Me aseguras no pudo la ausencia,
a éste amor arrojar al olvido.
Tu mirada buscando mis ojos,
hoy oscuros, opacos y esquivos.
En mi alma se escuchan susurros,
son los ecos de tiempos vividos.
son lamentos de momentos idos,
son recuerdos, no desvanecidos.
Cuántas cosas nos han sucedido,
cada quién continuó su camino.
Mil dolores de amor contenido,
sofocados en busca de olvido.
Tanto llanto se hubo vertido
enjugando sollozo y supiro.
Cinco lustros nos han separado,
tantos años de amor dolorido.
Ni el tiempo, ni el dolor, ni la distancia,
sepultar éste amor han podido.
Ha sido largo el trecho recorrido.
pero el amor aún mantiene su fragancia.
Lo presentimos al cruzar nuestros caminos.
infable el amor vuelve a encontrarnos.
Hoy vivimos distintos destinos,
su presencia se niega a abandonarnos,
es su empeño mantenernos unidos.