Leonardo Gayosso

Anécdota de un ángel caído

Bajo su cajón guardado y encerrado cada sentimiento
donde sus anhelos yacen muertos y olvidados
reaccionando al calor de un cuerpo viviente afuera
entre esos robles de inviernos pasados adornando su jardín de color hielo

Olor a muerte, de cercas se puede percibir
en aquellos recuerdos donde llora su desdicha
ayeres que quedan atrás pero corren más rápido para poderlo alcanzar
con una pistola y la carga preparada para jugar

Una manía por el color de aquellos que no sienten
por el habla de aquellos que no escuchan,
por el sentir de aquellos que no ven,
bajo un atuendo de capa oscuro de tela extraña

Una pluma y tinta para escribir en el papel,
memorias inhertes de un corazón podrido desde el núcleo
y aún así, su capacidad motriz es tan sana como cualquier otro ser
desde una chimenea que no aviva el fuego por mas viento que haya, sigue duro el invierno

Su infierno de fotos viejas y descuidadas
quemadas con el odio de su interior y alcohol robado,
envuelve su agonía con una cortina de cigarros encendidos
mientras aguarda su suerte, de la mano de aquella pistola

Al primer intento donde falla, maldice
toma un poco de whisky y se relaja
Al segundo intento igual falla y tira el vaso con el licor

Al tercer intento es cuando pensó que moriría al fin
pero sus deseos se frenaron al atascarse el disparo
al revisarlo logró repararlo y prosiguió su liquidación
al no estar más en este mundo podría ser feliz como siempre quiso buscarlo

Una sola bala y 5 oportunidades de sobrevivir
ya tenia tres hechas y faltaba una,
se escuchó un disparo en la habitacón de esa casa abandonada
por fin se suicidó, dejando tirada la botella al suelo y su cadáver también

Una anécdota de aquél ángel caído
que sin tener alas ya había perecido desde que llego a la tierra
y ahora no podrá volver, ni aquí, ni entrar al cielo
pues su vida costó el precio por vagar enteramente entre aquellos vivos y los no vivos.