Luscio

Abandono

Si vivo, es a enfermarme  el alma que sueña con tercos paisajes.

 

Si sueño, es por atesorar desvelos redondos, y caricias que nombraste con el acento de tu tacto.

 

Si lloro, es por las sonrisas que cicatrizan mi boca.

Si rio, es por limpiar mis pupilas que se afanan en anegarse con tu imagen.

 

Si me abandono, no es a este vacío impío, sino a esta duda envenenada que flota entre espejos rotos.

 

Si vago, es en la  lluvia de navajas que usó tu ausencia para llorarnos a mares.

 

Si callo, es porque muero.

 

Si me detengo... respiro tus abrazos.

 

Si me deshago, es en desesperanzas.

 

Si me rompo, es por este cuerpo débil y es mientras llueva este cansancio amargo y sin medida. Mientras venga esta despedida una y otra vez a encenizar el fulgor de nuestro pasado inconcluso.