Manuel A Gonzalez P

Un poema sin Resolver

Llegando de un lejano sendero
escuchose una inquietante voz
halle el color, cuan verdadero
su tono vacio dibujando dolor.

 

Se escapa de mi y no resuelto
huye errante el sonido sin volver
su triste sinfonia me ha envuelto
en miles de notas sin recorrer.

 

Y sin hallar un apice de ilusion
a su carcel de lamentos, fui
y fueron meses sin compasion
como un puñado dentro de si.

 

No quiero oirme, dijome aterrada
y en su suspiro afirme mi corazon
me dijo: cuan lejos volaria con alas
¿cuan lejos estaria aquella ilusion?

 

En su fragil mirada contemple un vacio
y me agite precipitado contra aquella pared
cayose el cristal y al verla quede embebido
con sus labios robome un beso, ¡mi sed!.

 

No pude distinguir entre realidad o anhelo
lagrimas euforicas bailando junto a un beso
de beber de su caliz el nectar de su cielo
cae su cuerpo fragilmente contra mi cuerpo.

 

Nuestras manos bailaron un valz de amores
en su suelo revestido con su largo ropaje
y entre los dos giros y giros,  sus temores
desvistiendonos la seda, los viejos vendajes.

 

Se acentuaron las cimas castañas de su piel
sobre las sendas suaves de sus senos
y perdiendome poco a poco en el misterio aquel
encontrome su tan fragante y delicado sendero.

 

Mi lengua adornaba su divino paraje
y mi sed su rocio a mi boca lleno
el manjar de tan jugosa miel se esparce
entre sus labios guardianes del cieno.

 

Sus dedos errantes recorrieron los valles
e inquieta encontrose con sublime pasion
y besando mi cima detalle a detalle
desencadenamos el fuego del corazon.

 

Exploramos desde la punta hasta el fondo
los arroyos de nuestros sueños cautivos
llegando suavemente rozando cuan hondo
el profundo deleite nunca vivido.

 

Y en tu dulce salida rompieron las olas
de tus gemidos lo mas bello, tu amor
la flor hecha rosa empapando sus alas
con la tibia espuma, ¡inmensa pasion!