huertero

1 de septiembre de 1939

Cuando la muerte deja de pesar

nos iluminan los destellos de diamantes

de aquellos que supieron  amar.          

 

Tristes gotas de rocío

de un amanecer gélido

de sonrisas ...

 

Sucumben las estatuas prendadas.

Los caminos expiran a

la sombra de una maligno relámpago.

Sonidos de pasos en cada neutro escalón.