Isaac Amenemope

ANDARIEGO

Caminé durante siglos
por todos los caminos cerrados de vegetación
y aguas desbocadas.


Caminé dormido
y mientras pisaba el espejo limpio de polvo y hierbas
sentí que el espíritu del valle destejía mi piel
para confeccionarle suelo a las estrellas.


Qué vi entonces que no cupiese en el cuerpo
que con tus recuerdos se hizo para la imaginación.


Levanté piedras en busca de palabras
y hallé peces huidizos larvas cristalinas
algas escondidas.


Llueve escampa moja seca camina
se borra lo que sirve y lo que no
al dar la vuelta trastornando el pasado
que es el mismo futuro al revés
reencontrándome lejos otrora cerca de alguien
sin saber qué decir
con el paraguas de las emociones abierto dentro y fuera
donde más resulta incómodo entrar…


Me aguardas Amor como escondido tras la puerta
me sorprendes en el acto
para menearme el corazón como a un trío de maracas
y ponérmelas luego…
para que griten de placer en mi garganta.


Grita en nombre del silencio que habita
detona la música que chispea en el barbullar de un ave
toma la regalada primavera por sus hojas
por sus ramales tostados
por las chispas de las sombras sobre los montes
en los oquedales.


Veo que fue allí donde aprendí a caminar durante siglos
donde he caminado incluso dormido
visitando parajes que son campos de libertad
espacios en los que se aprende a jugar con el olvido.


¿Qué he encontrado?
almas como peces en busca de palabras
historias soleadas descendiendo como ríos por las montañas
ojos desposeídos vueltos cataratas
soles durante la noche luna por la mañana.


Habla que vuela
se olvida de rimar
por los caminos que otros han llenado de flores
rehaciendo sendas despepitando roles
cuesta arriba camina corre vuela descuelga
se impresiona se absorbe con la niebla
entra en la fuerza que le saca que le espeja
sale otra vez para ver el amanecer afuera.