mario horacio

Alexandros


Aquí, donde se juntan el ayer y el olvido,
Aún el sol no calienta. No acabó todavía
Este invierno del alma. Como fiel letanía,
Pensamientos alados hacia mí han venido.

Y cuando sea mañana, cuando haya partido,
Y en la nada se junten esta lenta agonía
Y esta frágil memoria, como tumba vacía,
Como lento reflujo, mi destino habrá sido.

Y quedará mi anhelo de caminos inciertos,
La sombra de mi sombra que vuelve tras mis huellas,
Para seguir andando sobre ignotos desiertos.

Sepultando los dioses que ya estaban muertos,
Alumbrando la noche con flamantes estrellas,
Encendiendo los faros que anuncien nuevos puertos.