WCELOGAN

Ni un segundo, un minuto, una hora...

Me acostumbre a tenerte a mi lado

Y de la mano caminar

Y expresarte de forma sencilla

Un detalle que no pasa desapercibido,

Una flor…un te quiero,

Un helado a la vuelta de la esquina

Sentados entre las vitrinas

Viendo las gentes pasar.

Me acostumbre a tu cara cada mañana,

Puntual, enérgica,

Entre mil labores ensimismada

Me llenabas el alma,

Y al regalarte mis mejores poemas

Me surge la idea de quedarme un rato más

Para contemplarme jubiloso, completo,

Por ser el hombre que tú has elegido

Para mi dicha y regocijo.

Me acostumbre verte dormida

Tan plácidamente llenándome de paz,

Me acostumbre socorrerte de tus miedos,

De tus pesadillas de medianoche

Y ser el héroe y el abrigo

Donde te sientes  tan segura.

Me acostumbre verte deambular

Aligerada entre la cocina

Y el baño con un guiño coqueto,

Me acostumbre a sentirte en esta casa,

A ser el eje central de mis sentidos,

Me costumbre a no saber nada de soledad

Porque en cada rincón de mi hogar

De tu esencia  estaba impregnada

Y no concebiría  vivir

Ni un segundo, un minuto, una hora

Lejos de ti…mi gran amor.