ALVARO J. MARQUEZ

PERDISTE TU LUZ

"El orgullo es un veneno inyectado/ cuando no puede potenciar tu alegría./ ¿De qué te sirve tu ego inflado,/ si tienes el alma vacía?" 

 

¿Qué te pasó? Eras un sol y te volviste luna,

Era propia tu luz, brillabas como ninguna

Y de pronto no sé qué sucedió con tu brillo.

Era tanto lo que tu luz me encandilaba,

Que ante ese resplandor yo te admiraba

Tal como admira a su héroe un chiquillo.

 

Porque rescataba de ti todos esos valores,

Que en muchísimas ocasiones anteriores

Tú supiste muy a tu manera dejar ver…

¿Por qué de repente perdiste tu encanto?

¿Qué factores pudieron afectarte tanto

Para cambiar de ese modo tu forma de ser?

 

Siempre te vi con sólidos principios morales,

Recuerdo bien aquellos ejemplos puntuales

Que había en cada escrito, en cada poema tuyo.

Hoy que ha pasado el tiempo ya no es igual

Y te digo que ese cambio no es algo de lo cual

Tú puedas en modo alguno, sentir orgullo.

 

Yo sé que no soy el mejor ejemplo de nada,

No planteo aquí una realidad no ocultada,

Soy un hombre que acepto todas mis fallas,

Pero tus amaneceres se volvieron ocasos

Y te hundes dando muy equivocados pasos

Y tus errores se notan a gritos, pero callas.

 

Que si te admiro es tan sólo hipocresía,

Seguramente es alguna falsedad mía…

Lo dices y te inflas, lo afirmas y te creces.

Que mis aplausos una farsa hacen sonar

Y mientras ¿sabes? Me empiezo a preguntar

Si será que en el fondo no te los mereces.

 

Eras sol y sólo luna con el tiempo te volviste,

Aunque no creas, me parece terriblemente triste,

Tu prestigio se viene abajo, se derrumba…

Y me da cierto miedo incluso hasta suponer,

Que esta luz prestada en ti se pueda mantener

Y quieras llevarla contigo hasta tu tumba.

 

¿Dónde quedó la persona brillante que eras?

La misma que tenía tantas mágicas maneras

Para expresar magistralmente su sentir…

En mi poema estás, cada línea te nombra

Y que hoy de ti no quede ni tu sombra,

Es algo que sencillamente no puedo concebir.

 

Si algún día por cosas de la vida, regresas

Y dejas atrás tanto resentimiento que expresas,

Te juro que seré el primero en gritar ¡aleluya!,

Pero ahora no acepto tu extraña personalidad,

Porque todavía brillas, lo sé, eso es verdad,

Pero esa luz… no es tuya.