Diaz Valero Alejandro José

Testamento de un Río Seco

Un lugar de la tierra, 23 de Agosto de 2011

Señores habitantes del planeta

(A todos aquellos de mentes funestas)

 

 

Soy un río moribundo, que yace sufriendo su agonía,

después de tanta corriente que tenía.

 

 Y como estoy pasando un mal rato,

 me niego a morir “intestado”

así que busquen mi abogado

que en este mismo momento,

quiero de una vez hacer el documento.

 

Quiero comenzar mi escuálido testamento,

dejando mis antiguas corrientes al viento.

Para que sus corrientes de aire,

aumenten sin hacerle daño a nadie.

 

Las flores huérfanas de mis riberas,

esas pueden dárselas a las damiselas.

 

El canto de mis aguas al correr

se los dejo a las aves a punto de perecer.

 

Las piedras que de vez en cuando arrastré sin causa,

llévenla de monumento para lucir en las plazas.

 

Sólo me duele la muerte de tantas especies marinas,

por eso pido castigo para aquel que contamina.

 

La zanja donde un día habité

en calidad de donación la daré,

para que sirva de común fosa,

donde entierren a quien al planeta destroza.

 

Y así doy por terminada

la repartición de mi riqueza dilapidada.

 

 

Atentamente

 

Rio seco.