Rosa de los vientos

Mi amante el mar

La arena se incrusta en mis dedos mientras llego hasta el mar.

Todo desaparece con el abrazo que me da.

Al principio frío, luego tibio y finalmente caliente

es como deja mis pies después de tanto andar.

 

Me rodea, me acaricia

y me hundo en la tierra mojada.

Mis pantalones remangados

y mis sandalias a los costados

son el indicador que él espera.

 

No quiere que me vaya,

me suplica con olas grandes y espuma espesa.

Llora con desesperanza

hasta que le digo que no hace falta que me retenga.

 

"Aunque yo no esté aquí, aunque no pueda volver

siempre me quedará tu sensación entrando por mis pies,

recorriendo mi cuerpo y trayéndome paz".