Henry V

De eso...

De la pared de ladrillo  que dice  agua por todo el olor.

Del   la tele  que mira el cuarto  a donde  te invoco,

 su polvo de mi piel,  las manchas de café ;

Y  su   risa  que le hace otro nudo a mis quijadas.

De la leche  incrustada en  los vasos rotos bajo la cama

De las setentai cinco colillas, con nombre,  de los últimos  dos días,

De sus cenizas que forman tu nombre,

Del libro  esparcido en forma de vía láctea:

Allà   Chumacero  recordándote desde la piel,

Aquì  Sabines diciéndote mentiras

Acullà  Paz  y tú en la Piedra del Sol, en sombras de  serpiente sabor veneno

Entre mis ojos que  observan  la galaxia en mi tapete.

Del foco roto,

 los astros en forma de hoyos en  la pared que detiene mi cabecera.

Del frio que hace màs nudos

De  las sabanas  que tapan las ventanas,

De tu ropa interior agusanada en mi burò,

Del semen en los calcetines  y cortinas,

De  la lluvia que nadie invitò a mi  zapatos,

De  los retazos de  licor  en el lavabo,

De las botellas  rellenas, de las vacías, de las que  llegaràn,

De  la imagen de Krisna, del incienso,

Del ruido grilloso,

De las pisadas de hormiga, sobre las de cucaracha,

De los sancudos saciados,

De mi sangre en ellos,

(De mi sangre)

Y de  la soga  en la  viga como boca abierta,

Como invitación de bodas

De eso  hazme la mortaja.