Dulce condena

No permitas que

A veces llegas a amar tanto,

Que te hace perder el equilibrio,

Pierdes la consciencia cuando sientes el dulce roce de su aliento,

Caes ante esa sonrisa retorcida que tanto te hace desvariar,

Y luchas por no caer en lo profundo de su mirada,

Pero ciertamente es inevitable.

 

 

La razón se convierte en una voz molesta,

Cuando en el amor perdida estas,

Sin darte cuenta que hay amor pero el orgullo no queda atrás,

Batallando ambos en una lucha sin final.

La superficialidad se cuela entre sus acciones,

Hace de las suyas sabiendo que con ese amor

Podrá manejarte a su antojo,

 

 

Lo cual es posible ya que el  tiene tu corazón.

Las dudas comienzan a surgir pero… la negación es mejor,

Y conocer la realidad tiene un gran costo,

Pero es ahí  donde te detienes y no das un paso más,

No entras en su juego,

 

Tu dignidad proteger deberás,

Y por mucho que anheles estar a su lado y sucumbir ante el,

Hacer lo que sea necesario para que  no se aleje,

No lo hagas… porque en realidad el jamás haría eso por ti,

Levántate y resiste con orgullo en tu lugar,

No corras a suplicar que se quede,

 

Aun cuando el dolor te quema por dentro no corras a sus falsos brazos,

Y aunque lo ames,

No permitas que haga de ti lo que el quiere,

Permite el lujo de amarte a ti misma,

Aunque ese hombre el que dice amarte,

Trata de hacerte sentir mal,

No dejes que disfrute de tu sufrimiento ni un momento,

Sé fuerte, sé valiente.

No permitas que el te destruya a ti.